domingo, 7 de enero de 2018

La Revolución de las migajas.

Llegaba nuevamente María a su casa con las manos vacías, rindiendo lo poco que le quedaba de masa con un poquito de queso, freído en el poco aceite aguado, que ya llevaba varios días resolviendo. Las cosas andaban muy mal, y no solo en su casa. Ya en toda la calle no existían carajitos jugando, tampoco las parrandas acostumbradas en la cuadra, cosas que solo el hambre puede causar. Ella había salido temprano a una cola, como era su rutina desde que tuvo que escoger entre seguir trabajando o alimentar a su familia, pero no llego a comprar nada de lo que quedaba de productos nacionales, porque para importados no le daba.

Esa noche no le alcanzó para comer, aunque no dijo nada, sus dos muchachos iban a cenar y con eso le bastaba. Su marido llegó tarde, bajaba muy feliz de una reunión del consejo comunal, hablaba de perniles, tiqueras y bonos, con los cuales sus problemas quedarían resueltos en pocos días. María ya no defendía la revolución, no podía defender algo que sentía que la había abandonado a su suerte hace mucho. Ella tenía hambre, y sus hijos también, era lo único que sabía todas las mañanas cuando se levantaba y todas las noches cuando se acostaba. Carlos sufría de cambios de actitudes. Cada vez que salía a sus reuniones, regresaba completamente convencido de que faltaba poco para vencer la Guerra Económica, pero luego,  la dura realidad de haberse quedado desempleado en el último trimestre del año, lo devolvía al desconsuelo de la pobreza, al menos hasta su próxima reunión.

“Miserables, tienen al pueblo pasando hambre”, decía al ver el nuevo precio marcado de la Harina Pan en la parte inferior del paquete amarillo. María callaba, ella sabía muy bien que desde hace mucho tiempo lo único que había en los mercados eran productos de empresas privadas, las pocas que quedaban, y que las marcas expropiadas solo aparecían de vez en cuando en los intermitentes CLAP, que no llegaban mensualmente. Se levantó de la mesa sin decir ninguna palabra, Carlos entendió que tampoco hoy le tocaba cenar. Se acostó junto a su mujer y le dio un beso en la frente, le dijo que la cosa mejoraría, ella solo se durmió.

Se paró bien temprano como siempre, e hizo un guarapo con la borra del café de hace unos días, era su desayuno. Manuel, el menor de 3 años, estaba despierto y tenía hambre, sus huesos ya se pegaban de la ropa, ella lo abrazó y le dio un poco de su guarapo. Lo mandó a dormir para que se le pasara el día rápido, aunque sabía muy bien que era para que olvidara el hambre por un rato. Carlos se levantó, no pudo bañarse pues no salía agua. Su último trabajo fue de panadero, pero desde que fiscalizaron a las panaderías se había quedado desempleado, aunque aseguraba que fueron las protestas de mediados de años, como lo decía el presidente, las que habían ocasionado la crisis que generó su salida. Se despidió de su mujer, con su curriculum en mano, a probar suerte en un difícil Enero.

María tenía la convicción de que esta vez si podía llevar algo a la casa, era el día que llegaba el camión de la pasta y la harina, sabía que siempre alcanzaba, por lo menos para dos por persona. La cola era kilométrica, estaba resguardada en exceso por soldados de la Guardia Nacional, que estaban igual de flacos e igual de insípidos que los demás.. Carlos abría algunas bolsas de basura en el camino, de las que estaban afuera de las luncherias, ya no era cuestión de indigentes comer de ellas. No siempre encontraba algo, no siempre comía algo, era más un impulso por el hambre. Aun le daba algo de vergüenza y se cercioraba siempre de que nadie le viera. 

La SUNDDE se acercaba al automercado donde María se encontraba, sintió una gran emoción por dentro, hoy podría comprar más comida para sus muchachos. El capitán de la Guardia Nacional, que no estaba flaco como sus soldados, entró con la comitiva de fiscales vestidos de rojo, la gente aplaudía y apoyaba. Desde adentro del establecimiento, el chino y sus empleados, que sabían que de esta no se iban reponer, se preocupaban por sus trabajos e ingresos. “Míralos, se alegran de ver a sus verdugos” decía una cajera, madre de dos niñas, que temía por su empleo. Entró el capitán y ordenó, fusil en mano, que una cantidad de productos se guardara para atrás,  dijo que eran para los CLAP, que unos soldados lo pasarían a buscar luego. El fiscal gritaba a todo pulmón que iba a bajar cincuenta por ciento los precios especulativos, mientras que una cámara grababa sus palabras y la reacción de la gente. Esto va para el ministro, dijo sonriente.

La gente eufórica, se amontonaba en la puerta del local. Ya no existía una fila, y los ánimos empezaban a caldearse. El capitán aseguró por la parte de atrás su botín de guerra, montado por sus soldados en uno de los vehículos. Ya la situación se había salido de control, la gente había entrado al automercado a la fuerza, los que habían logrado pagar salían corriendo cuidando sus productos, los demás saltaban, golpeaban y tomaban a su antojo todo lo que vieran. Se dio un grito de orden, seguido de disparos de fusiles, la gente corría por todos lados. “¡Un herido!”, fue lo último que escuchó María cuando empezó a correr lejos de la situación, sin ningún producto y sin su cartera, en la que guardaba el poco dinero para comprar.

Volvió a su casa esa tarde, abrió su nevera y solo encontró agua, pues ni la luz del foco, la cuál ya no encendía. Se sentó en la mesa a llorar desconsoladamente, ante la mirada de sus hijos desnutridos, en su casa ya deteriorada, donde hace días no llegaba el agua, donde hace días no llegaban las migajas de comida para sobrevivir. Unas horas más tarde llegaba Carlos muy sonriente, hablando de un mensaje de texto que le había mandado el presidente anunciando un nuevo bono. Sin ver la cara de María, preguntó que había para comer hoy. Ella, que nunca había leído a García Márquez, en una expresión entre tristeza y arrechera indescriptible, que solo diecinueve años de revolución puede ocasionarle a un venezolano, le dijo: 

¡MIERDA!

Fernando Marcano
@FSMarcano

domingo, 24 de abril de 2016

Carta de un venezolano racionado.

Qué difícil es ser venezolano en esta oscura crisis que atraviesa nuestra nación. Más difícil, es serlo en las provincias de nuestro país, donde este régimen se ha afincado con más fuerza y sin clemencia durante los últimos años. No sé si este ha sido el peor momento que hemos atravesado como sociedad a lo largo de nuestra historia republicana, pero ¡carajo! que mal estamos, cómo se han burlado de nosotros, han traicionado nuestra confianza, han jugado con nuestra calidad de vida, se han robado nuestro dinero y nos han hundido en la miseria.

Qué duro ha golpeado la insensatez en el rostro de nuestra ciudadanía, ver cómo han vaciado los cuentos y las narrativas nuestros bolsillos y aseverar, que la pasividad, ha herido mortalmente la dignidad de toda una nación, que nunca se imaginó, que iba a perder la libertad en manos de aquellos que decían ser la reencarnación de sus libertadores. Qué triste es medir el tiempo en vidas humanas, sentir como se consume un país en la violencia, el narcotráfico, la indecencia y otros vicios que forman parte del ADN de este gobierno.

Qué complicado es dar los buenos días en Venezuela con el estomago vacío, escuchar a Maduro denunciar que la escasez de alimentos es originada por la única empresa que los produce cabalmente en el país, sin importarle la contradicción, y pidiendo su nacionalización. Qué difícil es escuchar al ministro de defensa, diciendo que las colas son originadas por las mafias privadas de las cadenas de supermercados y centros de distribución, mientras cae otro camión cargado de productos de la cesta básica, manejado por dos sargentos, un capitán y tres soldados. Qué triste  es ver a nuestros niños flacos y a nuestros gobernantes gordos.

Qué difícil es vivir en una Venezuela oscura, donde se le reza al Guri diariamente que solucione los problemas de un sistema eléctrico abandonado y ultrajado, mientras que los apagones, son una constante en nuestros días, que limitan nuestra vida y nuestra productividad. Qué difícil es asimilar un racionamiento de cuatro horas diarias por cuarenta días, mientras vemos operaciones con velas, electrodomésticos dañados y carajitos sin ser nebulizado, mientras que en Miraflores excluyen a Caracas, para no ser derrocados.

Que lamentable ver la justicia prisionera del delito y los tribunales a merced del hampa en Venezuela. Que injusto que Ledezma, Leopoldo y los estudiantes sigan presos, María Corina perseguida, los crímenes impunes y los asesinos sueltos. Que indignación, que los magistrados, con sus bolsillos llenos y sus togas salpicadas de sangre, acaben con una Asamblea Nacional que es expresión legítima de nosotros, los ciudadanos que gritamos basta. Es triste que aun no se sienten nuestros 112 diputados.

 Qué doloroso es ser joven en un país que ya no da oportunidades, y ver como seguimos siendo apartados de las decisiones de un futuro que muchos ven ya desde lejos. Que difícil, es seguir viendo cómo nuestra sangre sigue siendo abono de la desidia, y nuestra voz siga siendo escuchada por oídos incrédulos como cantos de sirenas, mientras pretenden castrarnos como la generación pasada y pasarnos la factura igualmente de los errores cometidos.

Qué lamentable, aceptar que seguimos siendo una historia repetida, una democracia traicionada por la dictadura, un militarismo que no entiende el civilismo, mientras que nos humillan y nos controlan como ciudadanos. Qué difícil es ser en estos tiempos un venezolano racionado.

Fernando Marcano
@FSMarcano


lunes, 18 de abril de 2016

Se nos agota el tiempo.


Comienzo a escribir este artículo bajo la total oscuridad, más que por los constantes apagones productos de un sistema eléctrico ineficiente, bajo la oscuridad de un país en plena decadencia moral, política, económica y social. Los venezolanos estamos viviendo, y no me cansaré de repetirlo, el momento más indigno de nuestra historia como nación, en donde por la supervivencia de un modelo político, hemos sido sacrificado sin ningún tipo de remordimiento por parte de un régimen que prefiere mantener una línea discursiva que aceptar ayuda humanitaria para salvar miles de vidas.

Lo que atraviesa actualmente nuestro país no es una cuestión de números, porcentajes, tasas, leyes, decretos ni sentencias. Lo que actualmente vivimos todos los ciudadanos es hambre, miseria, frustración, miedo y rabia, mucha rabia. Esta combinación, en nuestra experiencia reciente, no ha sido positiva para la superación de crisis y procesos de transición políticas, todo lo contrario, ha traído siempre consigo una estela de muerte, estancamiento, mesías con fusiles y nuevas burguesías.

Se nos agota el tiempo a todos los venezolanos, y no lo dice un magistrado, un diputado, un corrupto o un presidente, quien le ha faltado pantalones para asumir este gran fracaso, de no solo su gestión, sino de 17 años de gobierno militar tutelado “a la cubana” que sigue asfixiando lo que queda de soberanía, autonomía y dignidad en nuestras instituciones. Sin lugar a dudas, uno de los mayores daños que ha ocasionado este proceso destructivo es el linchamiento de nuestros principios y valores republicanos y democráticos, que hoy están ausentes o escasos en muchos de los venezolanos.

No hace falta ser un experto sociólogo, un político agudo o un alto gurú en astrología para darse cuenta que los ciudadanos que siguen sin agua, sin electricidad, si medicamentos, sin comida y sin paciencia, son los que gritan a diario que se está agotando el tiempo, y no ven respuestas en un escenario de país que sigue alejándose de las vías para su estabilización. Lo más peligroso de esto, es que aún las prioridades, los mecanismos y los actores no se definen en su totalidad, y esto permea en la población, lo que origina la confusión que ya muchos intentan capitalizar bajo intereses ocultos y sombríos.

Ni con bolsas de comida, ni con tanques de agua, ni mucho menos con demagogia y populismo barato se contiene lo que actualmente se vislumbra en nuestro país. Las firmas contra el decreto de Obama terminarían en el mismo lugar que las firmas para un referéndum revocatorio, si esto no se encauza y el tiempo pasa. Los colores políticos quedarán a un lado, siendo el hambre y la desesperación la bandera de un peligroso futuro.

Se nos agota el tiempo, y se nos está agotando a todos, ya que si ninguna dirección política, contenido, articulación de base, debate y presión canalizada en las calles, la oposición pasa a ser actor pasivo, o en el peor de los casos, pieza meramente decorativa de lo que pueda suceder en un país que le sobran motivos para descarrilarse hacía un futuro incierto. Ya que en estos momentos, no hay ningún actor, partido o institución que pueda contener, canalizar y dirigir el peor de los escenarios, y esto ocurre en ambos lados de la balanza.

Sin duda alguna, se nos está acabando el tiempo.

Fernando Marcano
@FSMarcano
VENTE

martes, 30 de junio de 2015

Carta abierta a Vanessa Senior


Querida Vanessa:

Todos muestran solidaridad contigo y tu acto de indignación, que es natural cuando uno se frustra por la actual crisis económica. Yo en cambio muestro solidaridad con la cajera de Farmatodo, no por querer llevar la contraria, ni tampoco por estar en contra de ti, y quiero decirte que yo estoy tan indignado y frustrado como tu.

Imagínate que fueras un cajero de Farmatodo, y ganaras un sueldo que no te alcanza para comprar la canasta básica, como la mayoría de los venezolanos, por culpa de los controles económicos del gobierno. Pero aparte, eres una de las miles de caras anónimas de una empresa que tiene que acatar la orden del gobierno, con sus políticas económicas erradas y controles asfixiante, sea para proteger tu capital y/o tus empleados, Donde día a día llevaras todos los insultos de la gente que cree que un cajero es el culpable de las largas colas, el desabastecimiento, la inflación o su poder adquisitivo, o peor aún, que la empresa es la responsable.

Serías doblemente víctima, del gobierno y de todos los ciudadanos que no canalizamos nuestra energía de querer un cambio en donde debemos. Quiero recalcar, que la mayoría de la gente que paga su indignación con quienes no tienen la culpa, como los cajeros de Farmatodo, son los primeros incapaces de agarrarte un volante o firmarte una solicitud a los activistas políticos venezolanos, por miedo o por otras razones, no estoy queriendo decir que ese sea tu caso, y estoy generalizando, que no me gusta, pero he visto varios casos.

Vanessa, los verdaderos culpables están bien resguardados en Miraflores y en oficinas donde manejan los asuntos económicos a su antojo, y no trabajando para poder subsistir, porque están enchufados. La próxima vez, espero que cuando Farmatodo no nos quiera vender 2 tubos de pasta de diente más, vayamos y le reclamemos a las oficinas del SUNDDE o busquemos al representante de la superintendencia de los precios justos y le reclamemos a él.

Un abrazo Vanessa, aunque tal vez nunca leas esta carta, que repito, no es contra ti, es en solidaridad con la cajera de tu vídeo. 

Fernando Marcano.

domingo, 15 de febrero de 2015

A mis compañeros de lucha.

Mis principios y valores republicanos, liberales y humanos, no encuentran mejor aposento que junto a ustedes compañeros de lucha y de convicciones, al igual que no encuentro mayor piso, techo y paredes en las que pueda empeñar día a día mis acciones y mis palabras de cambio, justicia y libertad como lo es Vente Venezuela. Sin lugar a dudas nuestra lucha compañeros no es en vano y día a día vamos forjando vínculos poderosos que trascienden nuestras diferencias naturales como individuos y nos va convirtiendo en una hermandad libertaria que no descansa y que no se rinde hasta ver posible la transformación de nuestro país bajo una nueva doctrina, un nuevo modelo de Estado y un nuevo modelo de individuo.

Como respetuosa y cariñosamente se me han abierto las puertas sin ningún tipo de restricciones a seguir formando, construyendo, reflexionando y moldeando mis actitudes y aptitudes políticas y ciudadanas en esta organización, se ha sembrado en mí el sentido de la pertenencia, la responsabilidad y el respeto para todos ustedes. Esta responsabilidad me obliga a escribir las siguientes líneas, siempre enmarcado en mi sentimiento de pertenencia con la organización y el respeto que todos ustedes me han demostrado y que siempre obtendrán de mi persona, mientras este vínculo no sea violado por otros intereses.

Compañeros de lucha, no podemos permitir bajo ninguna razón u circunstancia que los principios y valores promulgados por nuestra organización sean tergiversados, corrompidos y hundidos fuera y dentro de nuestros espacios. La libertad, la dignidad, la propiedad, la justicia y el respeto tienen que ir de la mano con nuestro verbo y acciones y deben ser defendidos hasta con nuestro último aliento porque eso nos hace ser diferentes, eso nos hace ser consientes eso nos hace ser una organización que ha nacido para cambiar el panorama político del país. Más que para satisfacer una oferta política que no existía en el país, hemos nacido para cambiarla y vencer los vicios y las viejas prácticas políticas que tanto nos han hecho daño desde el inicio de esta mal llamada república.

Y ante esos viejos vicios y viejas prácticas que observamos, debemos tener el valor y la convicción de erradicarlos, como también tener el valor de reflexionar cuando caemos por distintas razones en estas erradas prácticas poco coherentes con la lucha que hemos decidido aceptar y compartir hasta vencer. La libertad del individuo, la libertad de expresión, la guerra contra la censura, la honradez, la ética, la igualdad de derechos y la coherencia de esta organización, y de nosotros compañeros, motores de esta lucha ciudadana, deben ser protegidos ante la contaminación política y moral.

Hago un llamado a la reflexión a mis compañeros de lucha, a los jóvenes que creemos y seguiremos creyendo en esto, que ya no es un proyecto, sino una realidad, a seguir siendo los bastiones de defensa de nuestros pensamientos y argumentos, a no dejar que nada ni nadie corrompa nuestro sentir democrático y doctrinario, a no perder el rumbo ante las adversidades y a seguir creyendo en cada uno de nosotros, elementos de cambios de este país y de Vente Venezuela.


Compañeros, claro que lo vamos a lograr.           

miércoles, 8 de octubre de 2014

MUDados


Mudar: Adoptar o adquirir otra naturaleza, estado, figura, lugar u otra cosa.

En la enigmática, extensa, misteriosa, salvaje (a veces domada) Mesa de la Unidad Democrática, dirigida ahora por el excelente periodista Jesús “Chuo” Torrealba, se han presentado grandes retos e interrogantes de cara a enfrentar el venidero año 2015, su situación interna, y sobre todo, su situación externa: Tanto con el gobierno como con los ciudadanos disidentes a las política nefastas de este régimen.

La MUD ha comenzado un proceso de mudanza, en la cual pretende convertirse en una organización mucho más operativa y de cara a la gente que la anterior gestión de Ramón Guillermo Aveledo. Chuo Torrealba ha expresado que la nueva MUD estará “en la calle” y que trabajará, con todo sus esfuerzos, por una salida que ha denominado “constitucional, democrática y electoral”.

De allí nacen las primeras interrogantes de un gran sector de la oposición venezolana: ¿De cual salida constitucional, democrática y electoral se refiere la MUD? Existen diferentes mecanismos y propuestas, que deben ser asimilados, respetadas y discutidas, para pasar la página de este nefasto episodio venezolano.


Desde la Asamblea Nacional Constituyente (Amparada en los artículos 347,348 y 349 de la constitución), pasando por las elecciones a la Asamblea Nacional del año 2015 (Importante escenario para la oposición), el Congreso de Ciudadanos, como espacio político y ciudadano, para la elaboración de propuestas y cohesión ciudadana, hasta propuestas a mediano plazo como lo son un Referendo Revocatorio (Artículo 72 de la constitución) y la renuncia del presidente de la republica (artículo 233 de la constitución).

¿Tendrá la MUD la capacidad y la madurez política para aceptar todas estas propuestas que son constitucionales, electorales y democráticas? ¿La MUD seguirá haciendo caso omiso a las propuestas que no sean emanadas o provengan de algunos partidos que se han convertido en una hegemonía interna? Esperemos que la buena voluntad, una conducción amplia, el sentido de no salirse de la meta final y mucha, mucha paciencia terminen dando una respuesta afirmativa, amplia y madura a todas las interrogantes planteadas.

Pero mucho más que el aspecto de definirnos y dejar claro: lo que somos, queremos, como lo queremos y cuando lo queremos, uno de los retos más difíciles (entre muchos) que tiene la MUD en esta nueva faceta está la parte política, estratégica  y operativa, que debe entrar dentro del marco de la ética y la moral de todos los actores políticos que hacen vida en ella.

Reconocer el disenso y saber que esas diferencias son las que realmente nos hacen fuertes y contratar con la otra opción gubernamental; la elaboración de una visión de país, que no se quede en un burdo plan de gobierno y que recalque nuestras propuestas en los diferentes sectores, con un compromiso de cumplimiento y de amplia base; métodos de selección de candidaturas, que tengan como condición sine qua non, elecciones primarias, con un perfil de los posibles candidatos y un plan de gestión amplio y estructurado en base a las realidad sin obviar la propuestas de visión nacional; y por su puesto, la coherencia, transparencia, la seriedad y la constancia en las acciones.



La nueva Mesa de la Unidad, debe estar tanto en la calle como dentro del concepto inicial de su concepción, debe convertirse en un elemento sin ningún tipo de “sazón” de hegemonías internas, independiente y sobre todo confiable, que marque nuevamente la agenda, con el compromiso y la inclusión de todos, del acontecer político nacional y ser el fiel representante de todo el pensamiento opositor y disidente venezolano.

Espero equivocarme al poder afirmar que me siento escéptico en que la MUD pueda lograr mucho de lo expresado en estas líneas, sin embargo, es compromiso de todos nosotros poder sumar nuestro granito de arena (así como un buen jalo de orejas si hace falta) en pro de seguir labrando este camino difícil como es el retorno a la vida democrática. Espero que nos estemos MUDando hacía una nueva concepción de la UNIDAD y no a un triste final con consecuencias inimaginables.

Fernando Marcano
Coordinador de Vente Joven Aragua
@FSMarcano

Fernandomarcano66@hotmail.com

viernes, 25 de julio de 2014

Nuestro Rol

"Sacalapatalajá" "Sacalapatalajá" Gritaban los estudiantes como mejor no pudo haber descrito Miguel Otero Silva en su novela “Fiebre” en aquellos finales de los tan memorables e insurgentes años 20 en Venezuela, donde los jóvenes sedientos de libertad y democracia comenzaban un gran movimiento indetenible que cambaría la historia política del país.

Desde principios de este siglo XXI, nuevamente los jóvenes hemos insurgido en contra de un nuevo régimen totalitario que ha convertido a Venezuela es un país sin oportunidades, deteriorado moralmente y que ha endeudado nuestro futuro en todas las formas posibles.

Desde Enero de este año 2014 hemos levantado nuevamente la frente y las ganas de construir el país que merecemos, hemos devuelto la dignidad perdida y las esperanza de libertad de millones de ciudadanos que han despertado y nos han acompañado con sus voces y entrega en nuestra convicción más pura: Ser libres.

Este rol histórico que tenemos los jóvenes, que no es otro que refrescar y promover las nuevas políticas para nuestro desarrollo, articular todos los esfuerzos, voces y voluntades en contra de este régimen y generar esa confianza generacional que tanto hace falta para que los ciudadanos volvamos a creer en una Venezuela inclusiva en donde se pueda generar un encuentro necesario para hacer realidad el cambio.

Parte de este cambio nace con un acontecimiento sin precedentes en la historia política venezolana como será el Congreso Ciudadano, en donde los jóvenes tenemos la responsabilidad de articular y articularnos, de promover y participar, dejando claro lo que hemos demostrado históricamente: Los jóvenes somos la base y esencia de la nueva república que nacerá en Venezuela.

Fernando Marcano
Vente Joven Aragua

@FSMarcano