sábado, 4 de enero de 2014

El mayor de los pecados: La autocritica en Venezuela.

Hace algún tiempo, el politólogo oficialista Nicmer Evans publicaba un artículo que llamó mucho la atención, tanto de oficialistas como de opositores, al proceso socialista venezolano que quedaba en manos de Nicolas Maduro. Dicho artículo se titula: "Carta publica a Nicolas Maduro: Dejemos las sumas que no suman nada" donde el politologo hace una autocritica profunda a las incrporaciones de nuevos actores políticos a las filas del chavismo que no tenían ningún trabajo de base, social, mediático o aunque sea una postura clara sobre el régimen y que de un día para otro se transformaron en bastiones de publicidad y defensa de la revolución, tal es el caso de muchos artistas como Wisnton Vallenilla  y Roque Valero o deportistas como Magglio Ordoñez o Antonio Alvarez, saltando de la clandestinidad y la reserva política a sentarse en primera fila y disfrutar de candidatura y preferencias laborales y financieras por parte del gobierno de Maduro.

Nicmer Evans también comentaba (con profundo desagrado) de las incorporaciones de políticos "recauchados" o "mercenarios" que se incorporaban (muchos de ellos se reincorporaban) a las filas del Chavismo, asumiendo de que esto es posible según el planteamiento del ya fallecido Hugo Chavez, pero criticando duramente la forma en la cual estos políticos fueron recibidos en el seno del chavismo, como héroes éticos y moralistas, como estrellas de rock de los años 80. Nicmer ganó muchos enemigos dentro de las filas del gobierno (Y eso que en política no existen, solo "adversarios") fue tildado de fascista por alguno y de ético por otros, cosa que a mi para nada me importa porque esto no es un artículo para defender a Nicmer ni mucho menos el proceso y considero que dedicarle ya dos párrafos para entrar en contexto es más que suficiente.

Al igual que el chavismo, la Mesa de la Unidad Democrática ha demostrado su capacidad, no solo para aplastar indolentemente las autocriticas, también para asegurar un buen puesto a aquellos "lideres moralistas y éticos" que se pasaron del chavismo hacía las filas de oposición (pareciera mejor trabajo irse al chavismo y volver a la oposición que trabajar arduamente en las buenas y malas con ella). Pero tampoco mis criticas van contra un Ismale García que fue uno de los pioneros de la Lista "Maisanta" causante de que muchas familias se fueran a la ruina o se separaran por los despidos masivos, ni tampoco es contra otros políticos que no pienso mencionar que atacaban violentamente a través de colectivos a los ciudadanos de tendencia opositor en concentraciones y marcha, especialmente en Caracas. Pero nosotros como oposición hemos aprendido a que debemos sumar, y cuando no se está en el poder "todo suma", el principal problema es: ¿De que manera debe sumar? ¿Cuanto verdaderamente suma esas incorpoaciones?  Veo con total desagrado como en el seno de la dirigencia opositora, estas personas ocupan principales cargos y como diría Nicmer Evans "Se encuentran en la primera fila de la revolución", en este caso de la MUD.

Pero mi autocritica no acaba aquí, la Mesa de la Unidad Democrática se ha convertido simplemente en la plataforma electoral de dos o tres lideres políticos en Venezuela, perdió su carácter democrático hace ya un buen rato y ahora está a punto de perder su carácter "unitario" (Designación de Concejales a dedo, Ramon Guillermo Aveledo líder luego de tantas derrota todavía al mando, Capriles utilizándola de plataforma para el y su partido y lideres como Henry Ramos acusando de radicales a todos aquellos con criticas). Pareciera que esta Mesa de la Unidad Democrática llegó a su punto de "climax" al avalar la reunión de "dialogo" con Maduro por parte de alcaldes y gobernadores luego de un año de intensa lucha y desconocimiento al régimen que sigo considerando ilegitimo de Nicolas Maduro, la escusa es ser "pragmáticos" y bajo ese escudo traicionamos los principios éticos y morales de todos los ciudadanos que apostamos nuestras ultimas cartas a la MUD (Apoyo de candidatos así no fueran de nuestro agrado, sumisión a decisiones arbitrales, arduos procesos de primarias, designación de lideres sin consulta de bases, destrucción de estructuras partidistas).

Tal vez mis palabras sean tildadas de subversivas (espero que así sea) porque no me considero un opositor común y corriente, soy un disidente a la forma tan decadente de realizar política en Venezuela. Considero que la crisis política actual se queda muy pequeña al lado de la crisis moral y ética que azota al país desde principios de los años 90, que la solución no está en sacar al chavismo del poder (Único trabajo aparentemente visible de la MUD, no hay propuestas de fondo) sino la reformulación de un nuevo contrato social que pueda establecer nuevamente el Estado de Derecho en Venezuela así como tambien un nuevo arquetipo de estructural Estatal que no sea tan flexible (como la plastilina) a los zares del ejecutivo que Venezuela ha tenido durante décadas.

Luego de escribir estas lineas (Sin importancia, ya que la MUD ni acepta sugerencias ni soy relevante en el acontecer político nacional) siento haber cometido el mayor de los pecados para un político en Venezuela (No importa la tendencia): ser autocritico.

Fernando Marcano
@FSMarcano
fernandomarcano66@hotmail.com

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